Los frenos en buen estado reducen la distancia de frenado de seguridad recomendada y previenen accidentes de tránsito. Los frenos a discos como los de tambor necesitan mantenimiento preventivo frecuente.

1. Recuerda que respetar los límites de velocidad y mantener buenos hábitos de conducción también protegen la vida útil de los frenos.

2. Haz un mantenimiento preventivo cada 20.000 km. Revisa las pastillas y el líquido de frenos, limpiar y engrasa bien todos los componentes del sistema de frenado ubicado en las 4 ruedas de tu auto y regular freno de mano.

3. Alterna el uso del pedal del freno con los cambios de marcha. Controlar la potencia y velocidad del motor con la caja de cambios evita que el sistema de frenado se sobrecaliente, cristalizando las pastillas.

4. Presta atención a las vibraciones. Si al frenar con el pedal a altas velocidades sientes una vibración en el auto, es señal de que las pastillas o los discos podrían tener alteraciones, reduciendo su efectividad.

5. Atiende la profundidad y altura del pedal de freno. Si se hunde más de lo habitual, es señal de desgaste de las pastillas o de falta de líquido de frenos. Acude a tu técnico de confianza para un chequeo y reemplazo de piezas.

6. Si tienes que hacer mucha fuerza al frenar, es señal de que las pastillas están dañadas, lo que podría producir un deterioro de los discos. Evita que se deformen y cambia las pastillas.

7. Si escuchas un sonido chirriante al frenar, puede tratarse de óxido en las pastillas o de repuestos de mala calidad. Acude al taller, pide que limpien y lubriquen nuevamente todo el sistema de frenos.

8. Después de cada mantenimiento y con el auto apagado, asegúrate de presionar el pedal varias veces para que el líquido de frenos vuelva a circular por todo el sistema y esté listo cuando conduzcas.